SONS DE BARCELONA | NOCHES DE EMOCIONES

 

Noches de magia y baile, noches de melancolía y alegría, noches de lo moderno y lo tradicional, así pueden ser las noches en Barcelona

Zahara en Barcelona

 

17 de enero. La noche llegaba, la gente comenzaba a llegar al Palau de la Música Catalana, un público feliz y emocionado, esperaban la hora marcada para vivir un concierto que prometía ser especial, Zahara traía a Barcelona su gira de teatros donde su historia musical más emotiva se haría presente. El majestuoso y bello palacio se llenó y la velada comenzó, Zahara con su guitarra y sin micrófonos desfiló por el pasillo central regalando a capela una canción que nadie olvidará. Su energía llegó a cada rincón, a cada persona del Palau, su magia y arte indescriptible abrazaron a todos, sus canciones nos hicieron recordar que los sentimientos son parte de las personas y que más allá de que las historias le ocurrieran o no a la artista, cada uno tiene sus propias historias que vivir y hacen suyas las canciones. Su voz, su alegría, su emoción al ver a su público de pie y aplaudiendo hacen que te des cuenta que quien está sobre el escenario también es una persona con emociones, que tiene la suerte de compartirlas en canciones. Fue una noche especial, única e irrepetible, una noche donde Zahara enamoró en el dolor a cada uno de los que tuvieron la fortuna de escuchar si recital musical.

18 de enero. Una noche extraña, llegaba a un sitio que no sabía existía, el Centre Artesà Tradicionàrius, un lugar donde se llevan a cabo, principalmente, conciertos de música tradicional catalana, y sí, yo estaba allí por azares del destino para escuchar algo nuevo. Como parte del Festival Tradicionàrius 2020, El Pont d’Arcalís y La Portàtil FM se presentaban, pero no era un concierto más, era un show donde el público iba a bailar. La timidez del público desapareció al poco rato de haber iniciado el espectáculo, las primera parejas comenzaron con el baile y el resto se les unía, coreografías improvisadas o guiadas por un maestro de baile es como la noche transcurría, risas, alegría, disfrute total es lo que esa noche se vivió. Fui un simple espectador de aquella noche, fui testigo de cómo entre guitarras, acordeones, violines, flautas, bailes y alegría aún queda mucho por compartir.

Alguien sabe, ¿Qué otro tipo de noches se pueden encontrar en Barcelona?

Por: Fernando Pérez