- Texto y fotografías: Fernando Pérez
El viernes 21 de febrero, con el cartel de entradas agotadas en sus puertas, la Sala Apolo de Barcelona fue testigo de cómo Xoel López daba el cerrojazo final a su gira de conciertos.
Eran alrededor de las nueve quince de la noche, cuando las luces se apagaron, la música que amenizaba el recinto calló y los primeros gritos de sus fans comenzaron a escucharse, fue el momento en que la banda comenzó a salir para, tras ellos, aparecer Xoel López con guitarra en mano y su armónica al cuello.
El viaje musical comenzó con Madrid, presagiando que la aventura sería única y diferente, pues el indie rock del cantautor gallego siempre ha sido ovacionado por sus seguidores, que fieles al llamado lo acompañaban en cada coro de sus canciones.
Xoel y las diversas guitarras que usó durante el concierto no pararon de moverse por el pequeño escenario contagiando de baile a los presentes, mismos que lo dieron todo pues no sabían cuándo lo volverán a escuchar en la ciudad. Cada momento se disfrutaba al máximo, desde escuchar solo al gallego en medio del escenario hasta los instantes donde compartía canciones junto a sus coristas: Alice Wonder y Ede.
El cantautor sabía que era el último concierto de esta gira, por ello en varias ocasiones agradeció la entrega de su público, y además mencionaba que, sí es el fin de gira, pero es el primer paso de algo nuevo, nunca reveló los detalles de esto, pero generó la intriga en lo que estaba por venir.
La noche avanzaba, el viaje musical por los tres discos de estudio de Xoel y por un par de canciones de su etapa de Deluxe comenzaba a llegar a su fin, pero la energía no decaía, nadie se quería perder detalle del escenario y de lo que escuchaba, la banda al completo no paraba de disfrutar, sonreía y gozaba cada canción, de cada muestra de cariño del público, pareciera que nadie quería que terminara la noche.
Todo lo que merezcas cerraba el concierto, al menos eso parecía, pues una vez terminada la canción y con la ovación de su público, todos salían del escenario, las luces se encendían, pero al grito de ¡Xoel, Xoel, Xoel! de sus seguidores conseguían traerlo de vuelta, la luces volvían a apagarse y el gallego volvía, pero esta vez solo con su guitarra para regalar una canción acústica junto a su road manager, Caracoles sonó a dos voces por última vez en esta gira.
Una canción más en solitario, llegó y tras ella la banda se reunía una vez más y cerraban el concierto con más energía que nunca, la última canción de la gira fue De piedras y arena mojada, entonada a una sola voz con su público, quien por momentos opacaba la voz del cantante con sus coros unísonos.
El viaje y sin escalas por esta noche de fin de gira en Barcelona estuvo lleno de energía, de aplausos interminables, de bailes esporádicos, de gritos que dejaban sin voz y de sonrisas de complicidad, cerrando con las palabras de Xoel López que sonaban como sincera promesa: Esto es el final y el principio de algo nuevo.
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