Último día de julio, últimos conciertos del Cruïlla XXS, y el peor grupo del mundo, Sidonie se presentó en el Escenario Vallformosa para regalar una de las noches de más rock en el festival.
Como es habitual, la velada arrancó cuando el sol estaba a punto de ponerse, el anochecer llegaba y los sonidos psicodélicos invadían el recinto, el show comenzó y la banda saltó a escena con toda la energía que provoca tocar en casa.
El público, con tan sólo verlos salir, se levantó de sus asientos para recibirlos entre aplausos, al final son de casa, Barcelona los recibía luego de meses sin poder escucharlos, ellos alegres y con toda la actitud arrancaron el concierto con un gran Incendio.
Como un gran baile viernes en la costa azul, fascinados todos disfrutaron con pasión desbordante lo que la agrupación ofrece en cada uno de sus conciertos, demuestran en cada acorde de las guitarras, en cada sonido del teclado, en cada platillo que revienta, las emociones infinitas que se escuchan en cada canción del repertorio.
Portlligat fundido en un día de mierda te eleva y te mantiene a flote, te eleva y renueva de energía, por ti se vive y se sueña, porque la música del peor grupo del mundo no entiende de estilos ni de conceptos, la psicodelia del rock de Sidonie en directo es una muestra de que las mejores cosas se pueden vivir en un concierto en directo.
El público, a pesar de las limitantes que conlleva vivir conciertos actualmente se desvivió por sus artistas, coreó, levantó los brazos, bailó y aplaudió cada una de las canciones, cada canción revivió del pequeño letargo que la mantuvo recluida meses en casa, se llenó de energía renovada cada composición porque ya no podía estar encerrada un día más, la música de Sidonie volvió a la vida.
Maravilloso, así fue el concierto de Sidonie, y no podía terminar con otra canción que no fuera esa, el peor grupo del mundo mostró todo el rock, su rock psicodélico vive, se mantiene y sigue siendo uno de los más queridos de Barcelona. Sidonie tocaron en casa, se llenaron de amigos e invitados especiales, y la música volvió a ser la protagonista en el Cruïlla XXS.
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