La noche del 21 de abril Barcelona estaba llena de nubes en el cielo, pero un claro en el firmamento apareció, el Harlem Jazz Club recibía, de la mano del Barnasants, la música de Sandra Bautista que fue la luz que disipó los nubarrones de la noche.

Eran las 8 de la noche cuando Sandra subió al pequeño escenario, el público que la acompañaba le aplaudió a su entrada, ella con su sonrisa siempre sincera dio la bienvenida al concierto, tomó su guitarra y las canciones comenzaron a sonar.

La fuerza de su voz, de sus letras enamoraron de inmediato a todos en el pequeño recinto, hubo una mujer que no pudo contener las lágrimas durante el concierto, hubo un hombre que no paró de sonreírle a la chica que lo acompañaba, hubo una pequeña que recibió de regalo de cumpleaños una canción dedicada, cada persona tenía una historia que contar durante este concierto.

Las historias nunca terminan, Sandra en cada canción tiene algo que contar, a veces podemos entender de qué van sus letras, en otras ella nos tiene que explicar el significado de cada una, al final, la música es para todos, cada uno las recibe a su manera, sin embargo, la emoción que transmite la joven cantautora hace que cada canción sea emotiva.

Sola, junto a su guitarra nos llevó en un viaje a través de las canciones de sus dos disco de estudio, nos llenó de ritmo con sus arriesgadas apuestas, nos llenó de nostalgia con aquellas canciones más profundas, pero sobre todo nos llenó con el calor que desbordan sus interpretaciones.

La intimidad del Harlem Jazz Club hacía que todo fuera más cercano, Sandra veía sonrisas, lágrimas, miraba con complicidad a algunas, todo era como estar en familia, siendo su música la unión de todas las personas presentes, conocidos y desconocidos estaban allí para disfrutar de sus canciones.

Fueron casi noventa minutos donde la música, la alegría de hacer y escuchar música llenaron de calor los corazones de quienes la escuchaban, este momento revitalizó a Sandra y también la emocionó, por eso agradecida le cantó con el corazón a su público, a sus amigos, a su familia, a todos aquellos que le regalaron su tiempo para estar con ella.

Sandra Bautista emocionó este pequeño rincón del barrio gótico de Barcelona, la joven cantautora enamoró con su voz, con letras, con su manera de ser a todos quienes la escucharon, Sandra fue esa luz que iluminó la noche barcelonesa.

GALERÍA FOTOGRÁFICA SANDRA BAUTISTA EN BARNASANTS