El Clotilde Fest llega a su fin, lo hizo con un par de conciertos llenos de energía, Samantha y La Pegatina cerraron el festival el pasado 21 de julio.
La noche caía en Barcelona cuando puntual a su cita la interprete y compositora valenciana saltó al escenario, Samantha llegó para enamorar a su público con sus canciones.
Desde el momento de su salida al escenario la locura se desató en los jardines del Palau Robert, sus seguidores aplaudieron y gritaron su llegada, y desde ese momento no dejaron de corear y cantar con ella.
El repertorio de este concierto estuvo compuesto por sus canciones más recientes, pero también por aquellas canciones con las cuales inició su carrera musical. Todos los temas fueron cantados, aplaudidos y bailados, todas sus interpretaciones quedaran guardadas en los recuerdos (y en los móviles) de los asistentes quienes atentos disfrutaban del concierto.
Visiblemente emocionada y alegre por el momento que estaba viviendo Samantha regaló sonrisas, miradas a quienes la acompañaban esta tarde, agradecía a la organización y al público estar ahí con ella.
Cuando el concierto terminaba Samantha prometía volver pronto, al principio no dijo cuándo, pero finalmente en el calor del concierto mencionó que volvía a Barcelona en septiembre para seguir regalando su música y seguir conquistando los oídos catalanes.
La joven salía del escenario y en cuestión de minutos estaba todo listo para recibir a la agrupación que cerraría la edición del Clotilde de este año. La Pegatina con toda su energía literalmente saltaba al escenario para comenzar la fiesta.
El frenesí musical y visual que ofrece la agrupación estuvo presente, los bailes, las canciones llena de ritmo fueron la esencia de este concierto. Todas sus canciones fueron aplaudidas y bailadas, no hay manera de moverse cuando La Pegatina esta sobre el escenario.
Sonaron las canciones que todo mundo conoce, nuevas o no tan nuevas, pero que todo el mundo canta y baila, y es que aunque no te guste moverte, lo que ocurre sobre el escenario te transmite la necesidad de moverte, el no parar de la banda, invita a la fiesta, una fiesta que era la ideal para cerrar el festival.
Con La Pegatina el tiempo vuela, una canción tras otra, a veces sin parar, la combinación de instrumentos, de sonidos, de voces hacen que el mundo sea una celebración, una fiesta que nunca tiene fin.
La noche era fiesta, era baile, pero era también el fin del concierto y el Clotilde Fest, aún así el ánimo nunca decayó, La Pegatina se despedía, el público decía Adiós, pero el ritmo continua más allá de las rejas del Palau Robert, la gente cantaba, bailaba y con esa alegría iban de vuelta a casa.
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