El 24 de julio por la noche, luego de 140 días sin estar sobre un escenario, Rayden llegó al Cruïlla XXS de Barcelona para liberar toda la energía acumulada durante el confinamiento.

Minutos antes de iniciar el concierto, David Martínez subió al escenario para saludar a los presentes, pero sobre todo para comentar al público las medidas de seguridad a seguir durante el show para que este pudiera disfrutarse sin problemas y dar ejemplo de que la música puede seguir por más tiempo; una vez dicho esto bajó del escenario diciendo ahora los dejo con Rayden.

Así fue que pasaron unos segundos cuando la banda comenzó a salir a escena y la fiesta comenzó, Rayden y Mediyama subieron con toda la energía provocando que el público se pusiera de pie para cantar los primeros temas de la noche.

David y toda la banda estuvieron emocionados, sonrientes y disfrutando cada momento del concierto, cada uno con su instrumento hacía lo que quería, lo tocaba como si no hubiese un mañana, Rayden y Mediyama se dejaron la voz en cada canción, sus bailes y movimientos sobre el escenario del Cruïlla XXS mostraron las ganas interminables que tenían por volver a a ver a su público.

El metro cuadrado alrededor de cada persona volvió a ser testigo de cómo los bailes perdidos durante el confinamiento volvían a surgir, ese metro de separación disfrutó de cada uno de los coros que los seguidores de Rayden le regalaron en cada canción, la distancia que pudo existir se olvidó (no físicamente) porque a una sola voz se entonaron varias de las canciones del rapero.

Fueron 90 minutos donde sonaron algunas de sus canciones más reconocidas, donde las nuevas composiciones se hicieron presentes, donde aquellos temas estrenados en el confinamiento vieron la luz en directo, un sin parar de emociones es lo que se vivió a lo largo de estos minutos que para muchos fueron pocos, para otros fueron muy intensos, el tiempo voló, pero el disfrute no cesó.

Así, sin parar un segundo es como Rayden y toda la banda se despedía del escenario Estrella Damm del Cruïlla XXS, con el público de pie aplaudiendo e implorando por una canción más culminó una noche donde la energía, las ganas de volver al escenario fueron el mejor remedio para acercar, de nuevo, a las personas a través de la música.

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