La noche del 17 de febrero Quique González presentó con gran éxito en directo Sur en el valle, su más reciente material discográfico, lo hizo en el marco del Guitar BCN.

El Palau de la música catalana fue testigo de cómo el cantautor madrileño enamoró a los asistentes, quienes desde la salida del artista al escenario no pararon de aplaudir y vivir con intensidad cada una de sus interpretaciones.

Fueron casi dos horas de concierto donde Quique y su banda hicieron lo que quisieron sobre el escenario, la calidad musical que tienen Toni Brunet a la guitarra, Jacob Reguilón con el bajo, Raúl Bernal y César Pop con los teclados y Edu Olmedo en la batería no se puso en discusión en ningún momento, cada uno de ellos con su instrumento fueron el complemento perfecto para las interpretaciones del madrileño.

El rock, el blues y los sonidos americanos son la esencia de su música, esto es algo que su público disfruta y vive al máximo, algunos los más aventurados, y con la confianza que da estar en familia, se ponían de pie para bailar algunos temas, se ponían de pie para cantarle y aplaudirle a Quique, algunos los más tranquilos desde la comodidad de su asiento aplaudían, pero todos con la alegría de estar viviendo un espectáculo de primer nivel.

El concierto fue un viaje musical por los sonidos y canciones conocidas de Quique, algunos temas que pocas veces se escuchaban en directo sonaron, la esencia de Sur en el valle estuvo presente en todas las interpretaciones, el estilo musical del nacido en Madrid retumbó en cada uno de los rincones del Palau, creando una atmósfera donde lo oídos se deleitaron con los sonidos provenientes del escenario.

Las canciones pasaban y entre ellas las palabras de agradecimiento, las pequeñas historias eran el instante ideal para relajar las emociones y preparar el siguiente salto emocional; los aplausos liberaban esas emociones que eran acompañadas con miradas y sonrisas cómplices, la noche se disfrutaba al máximo.

El Guitar BCN, el público, Barcelona, todos vivieron un concierto tranquilo, pero lleno de intensidad, los corazones se llenaron de vida, fueron 120 minutos que volaron, las emociones jugaron a ser libres entre los acordes y letras de Quique González y su Sur en el valle.