Música salvavidas

Por Minerva López
  • ¿Cual es tu lugar musical seguro?

He tenido un año fatal, aunque los anteriores tampoco han sido campos de flores. Descubrí lo hipócrita y egoísta que puede ser la gente ( mis amigas y amigos me han dejado altas expectativas sobre la calidad humana) y lo único que me ha ayudado a no desanimarme ha sido la música.

He de admitir que el 2022 tuvo algo muy bueno: regresar a la música en directo; conciertos como el de Zahara, Muerdo, Rayden y La Pegatina fueron espacios de catarsis, de reconectar conmigo misma, espacios de comunión donde perdí el control al lado de cientos de personas y gracias a eso, no deje que el mundo real se apropiara de mi voluntad. Claro se ha comprobado que los conciertos dan años de vida y gracias a ellos liberamos químicos de la felicidad y quemamos calorías, y bueno en nuestro cuerpo y cerebro pasan mil cosas que nos hacen ser felices con la música en directo.

Aunque no todo son directos, las grabaciones y la música de estudio también tiene un lugar importante en conseguir que no perdamos la cordura y terminar renunciando al trabajo, la escuela o las responsabilidades de la cruda realidad. Esas canciones que ya conocemos, las que descubrimos o esas que esperamos con ansias también tienen un espacio en la recuperación de nuestra «muchosidad». Por ejemplo, debo admitir que mis lugares seguros musicales son Despistaos, antes que nada (aunque a veces diga «Vamos, es hora de buscar algo más», siempre vuelvo), Sidecars, Izal y ahora Playa Cuberris; y es que sus canciones son ese abrazo de una amiga que tiene mucho que no ves, es ese chocolate caliente que te ayuda meditar mejor las cosas o ese mensaje de ánimo que a veces necesitamos para tomar vuelo y salir a por todas.

Pero esta reflexión no es exclusiva de la música española, hace poco proyecté como parte de mi trabajo un concierto de K-pop «BTS, Permission to dance on stage L.A.» y pude conocer a algunas seguidoras de la banda, y algo que me emocionó fue lo mucho que su música las ayudó a salir de lugares oscuros, me conmovió pensar en las veces que un acorde, una nota, una palabra, un rap, un sólo de guitarra o un puente pueden cambiar nuestro estado de ánimo.

A veces nos cuesta creer en la magia, pero para mí, la magia está en esa música que nos hace vibrar, que nos eriza la piel, que nos abre la mente, que nos saca de la penumbra y despierta nuestros sentidos. Esa música, sin importar de dónde viene, es magia pura.