La Mercè es la fiesta más importante de Barcelona, una celebración donde, este año, más que nunca, la cultura demuestra que es indispensable para las personas, la música, el teatro, la danza y más muestras artísticas están presentes durante 4 días alrededor de la ciudad.
En Comunidad 18 decidimos ir a disfrutar de propuestas musicales nuevas y unas cuantas que ya hemos presentado antes aquí, fueron cuatro días donde la música nos hizo viajar de un sitio a otro, donde las emociones que habitan dentro de nosotros salieron a relucir con cada una de las actuaciones que presenciamos, nuestras almas se llenaron de música en directo.
El primer día de conciertos lo disfrutamos en dos recintos, la tarde la pasamos junto a Raquel Lúa en el Escenario Fabra i Coats donde una vez más nos mostró su calidad vocal, donde la calidez de sus canciones nos arroparon el corazón, y junto a Dario Barroso a la guitarra y Gloria Maurel a las percusiones nos llenaron de esperanza de que la música en directo pronto volverá a ser escuchada por más personas todos los días.
La noche caía en Barcelona y nos trasladamos al escenario ubicado en los Jardines del Doctor Pla i Armengol, para allí vivir una noche llena de sonidos y estilos. Maria Hein junto a su banda nos hicieron viajar entre sus canciones, nos llevaron a recorrer historias de vida, relatos donde muchos se sentían identificados. Era el turno de Carlota Flâneur quien nos recordó que la música lo mueve todo, a pesar de encontrarse un poco mal de salud saltó al escenario y nos regaló momentos mágicos, donde su alegría fue la protagonista, una alegría contagiosa que llegó a sus canciones y al público que la aplaudía en todo momento.
La velada llegaba a su fin y Nuria Graham llenó de hipnotizantes melodías los jardines, su música recorría todo a su alrededor, te envolvía, te invitaba a mirar el escenario, era imposible no hacerlo, escucharla cantar y tocar era inevitable, su música iluminó como la estrella más brillante la noche barcelonesa.
Para el día dos la oferta musical era basta, pero una vez más decidimos ir a los Jardines del Doctor Pla, pues había dos propuestas musicales que queríamos conocer y otra que teníamos ganas de disfrutar en directo una vez más.
Iris Deco y su banda abrieron la noche, un proyecto que vivía su primera vez sobre un escenario, el nerviosismo de este momento fue transformado en energía que transmitió emociones, esas emociones que vibraron al ritmo de los sintetizadores y una potente voz. Luego de que Iris bajase del escenario, subió Gessamí Boada, cantautora que con sus interpretaciones nos llevó desde la alegría más grande hasta el dolor más profundo, una montaña rusa de emociones donde los espacios entre canciones eran un momento de relajación necesario para lo emocional que fue su actuación.
Pasaban las once de la noche y Gemma Humet junto a su piano y dos músicos hicieron que la noche se llenara de elegancia, su maestría al piano, su potente voz hacían que el ambiente se llenase de calor. Los poemas musicalizados y sus canciones erizaban la piel, enamoraban a todos y es que su música te llega como un flechazo directo al corazón.
Vivimos un jueves y un viernes donde mujeres de música hicieron vibrar los corazones de Barcelona, donde las jóvenes promesas y las jóvenes realidades mostraron que la música mueve vidas, mostraron que se puede viajar y sentir las emociones con sólo escucharlas.
La noche del sábado llegó, para este día el Teatre Grec fue nuestro hogar, una casa donde la música retumbó en cada rincón del antiguo teatro al aire libre.
Toti Soler prodigioso guitarrista y cantante fue el encargado de abrir la noche, quien junto a sus músicos acompañantes enamoraron a los presentes. Pocas voces bastaron para ponerse de pie al finalizar su actuación, los sonidos de una guitarra, un violín, un chelo, y algunas percusiones fueron suficientes para llenar de vida los corazones de los presentes.
Judit Neddermann llegaba a escena para con su bella voz engalanar el lugar, recinto que se rindió a sus pies cuando de pronto comenzó a llover, sin embargo, entre unas pocas gotas de agua ella junto a sus coristas y percusionista siguieron en el escenario para interpretar un par de canciones a capela, un momento mágico que demuestra que la música lo puede todo.
Las nubes negras que amenazaron toda la noche parecían irse lo que hizo que toda la banda de Judit volviera al escenario para continuar con su concierto, un show que fue aplaudido de inicio a fin y que nos dejó con ganas de más, pero con la alegría de vivir un momento único: cantar bajo la lluvia.
La oscuridad invadía todo, unas pocas luces iluminaban el escenario, era el turno de disfrutar a Clara Peya y su energía al piano. Desde el primer instante la atmósfera cambió, los acordes sonaban, te envolvían y te hacían parte de una historia, una historia sentimental. Clara y su banda nos hicieron viajar a través de nuestra propia alma descubriendo y liberando emociones en cada uno de nosotros.
Vivimos una velada donde nuestras emociones jugueteaban libres entre acordes y letras, donde la lluvia fue el complemento perfecto para disfrutar de un concierto mágico.
La celebración llegó a su fin, la última tarde de música nos llevó al Estadio Olímpico donde las propuestas que suenan más en radio eran las protagonistas.
La tarde arrancó en todo lo alto, con la energía a tope, Porto bello puso a bailar y saltar a su público. Con un espectáculo lleno de energía y bailes es como esta agrupación hizo entrar en calor al público que aún no sabía lo que estaba por vivir. Los movimientos frenéticos sobre el escenario hacían que todo estuviera en movimiento. Su música hizo vibrar más que los corazones del público.
El movimiento siguió, llegó a escena Suu, una chica con mucho ritmo y vida, su música fue coreada, aplaudida, bailada, y es que sus canciones siempre te invitan a moverte. El calor se sentía en el ambiente, los cuerpos querían bailes, y ella junto a Carlos Sadness se los regalaron con Barcelona Tropical. Los bailes seguían, los gritos eran cada vez más intensos, los aplausos no paraban, su concierto estuvo lleno de vida.
Era una fiesta, una tarde ideal para cerrar La Mercè, pero aún faltaba la banda esperada por todos, La Fumiga y todo su poderío llegaron al escenario, como si de un torbellino se tratase envolvió a todos con sus ritmos y sus letras, un show donde nadie paraba de bailar y cantar. Un concierto donde Suu volvía para regalarnos una canción junto a ellos, donde la invitada especial de la noche Samantha desataba la locura al saltar a escena e interpretar junto la banda dos canciones, un concierto redondo, donde la energía revitalizó a quienes disfrutaron del show.
La fiesta de Barcelona llegó a su fin, la fiesta de la cultura terminó, pero no será olvidada porque existen los videos, las fotografías y los recuerdos de quienes vivimos la celebración. La Mercè 2021 se vivió como si no hubiera un mañana, gracias a los artistas y a todas las personas que hicieron posible que nuestras emociones renacieran. Gracias especialmente a la música por seguir aquí para todas y todos.
GALERÍA FOTOGRÁFICA