Después de una larga espera debido a este complicado año, Merino por fin llegó a Barcelona, una ciudad que ya tenía ganas de su música en directo, que tenía ganas de vivir toda la energía que desprenden sus canciones.
El Teatro Apolo vio como 4 jóvenes llenos de arte pisaban su escenario para engalanar los oídos de los presentes, Sandra, Alex, Vitto, Nur son Merino, son la energía de un pop de calidad lleno de frescura.
Pero antes de que estos cuatro artistas hicieran acto de presencia, el show lo inició un dueto donde el amor y la complicidad son su esencia, Hotel Flamingo (Andrea y Rosco) llenó de cariño sincero el teatro y arropó con sus canciones a todos en la sala.
El momento llegó, Merino saltaban al escenario, el espectáculo comenzó, la espera terminó, su música llena de vida inició su aventura en Barcelona.
Los amigos, los seguidores incondicionales acompañaron cada una de las canciones, fueron quienes arroparon estas composiciones y le dieron una cálida bienvenida a la ciudad. El repertorio estuvo lleno de los momentos que nos regala su disco “Piel, Equilibrio y Humo”, como Hacia otro lugar, Dilemas en la ocuridad o Femme, además se complementó con alguna canción del proyecto inicial en solitario de Sandra como A borde del precipicio.
Algunas historias no se pueden contar solas, por ello el concierto contó con cómplices sobre el escenario, Nur Bonet junto a Sandra interpretaron Ángeles, Sandra y Alex junto a Hotel Flamingo nos contaron la historia de Discos y Vinilos; Paul Alone en compañía de Sandra y Alex regalaron Me olvidé de lo bueno, fueron estas tres historias el complemento ideal para un show como este.
El espectáculo estaba completo, la música y energía de Merino sobre el escenario, el público escuchando atento todas los temas, parecía que no faltaba nada, y era realidad, no faltaba nada, la batería de Alex, el bajo y sintetizadores de Vitto, las guitarras de Nur y la voz de Sandra eran los mejores narradores para esta historia en Barcelona.
Cadaqués nos dice: “Fuimos grandes, fuimos de verdad”, y así fue Merino, una realidad sincera y llena de pasión, fueron un temporal en medio de la calma, nunca ha sido un dilema su música porque su etérea melodía llega a lo más recóndito de las emociones. Merino conquistó Barcelona con un concierto lleno de vida.
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