El viernes 16 de abril la luna estaba oculta tras los nubarrones grises, la presencia de las brujas se sentía en el ambiente, Maria Rodés presentaba Lilith en el Centre Artesà Tradicionarius de Barcelona.
Rodés junto a su séquito de brujas se apoderaban del recinto, el público disfrutaba de lo que ocurría, atento escuchaba cada canción que provenía del escenario y aplaudían cada una de las interpretaciones.
La dulce voz de Maria, la carga emocional que desprende al interpretar y las melodías que acompañan a cada una de ellas fueron el hechizo ideal para que nadie parase de escucharla.
Las estrellas son parte de la vida de la cantautora, por ello también estuvieron presentes en forma de canciones haciéndole compañía, siendo el cómplice ideal para sus brujas.
El público de Maria vivía cada una de las canciones a su manera, algunos coreaban sus canciones, algunos aplaudían al finalizarlas, otros más sólo escuchaban y se dejaban llevar por la magia que desprendían cada una de ellas.
Cada canción nos acercaba más al final, pero el tiempo parecía no avanzar, no se sentía que había transcurrido una hora de concierto, eso tiene un directo de Maria Rodés, es capaz de detener el tiempo porque sólo te concentras en escucharla y disfrutar de su banda.
La noche terminó, Maria Rodés y su banda protagonizaron una velada mágica junto a Lilith, las brujas hechizaron a todos, el universo arropó a los presentes y la música fue la luz que iluminó el cielo de gris de Barcelona.
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