La espera terminó Manuel Carrasco volvió a Barcelona con su gira Hay que vivir el momento, un espectáculo donde su música y energía enamoraron la ciudad.

Todo estaba listo, el público impaciente esperaba la salida de su ídolo, quien puntual a la cita subió al escenario del Palau Sant Jordi que lucía majestuoso con un rotundo sold out. Las luces del escenario se encendieron y Manuel comenzó su esperado show.

Desde el minuto uno su público ya estaba loco por él, los gritos, los aplausos retumbaban en todo el recinto. La alegría de Manuel por volver a un concierto en directo en esta ciudad era visible, su sonrisa irradiaba felicidad, como de quien ama lo que hace.

La velada se esperaba intensa, no era para menos, las canciones iban una tras otra, los pequeños descansos servían para recobrar el aliento, a pesar de eso el público no paraba de entregarse en ningún momento, con las nuevas canciones, con las más conocidas, con cada una de ellas fueron aplaudidas como si no hubiese un mañana.

La potencia que tiene un directo de Manuel Carrasco se disfruta sobre el escenario y se vive con intensidad debajo de él, sus seguidores bailaban con él, le cantaban a la cara cuando les mostraba el micrófono, le aplaudían al finalizar cada interpretación, eran emociones acumuladas que esta noche salían a pasear como hace mucho no lo hacían.

El tiempo pasaba, las canciones seguían y la intensidad del público no decaía, hubo dos momentos íntimos durante el concierto, Manuel tomó su guitarra para regalarle a su gente canciones en acústico, creando una atmósfera de hogar en este gran sitio, la familia (sus seguidores) le agradeció el detalle aplaudiendo más fuerte que nunca.

Fueron poco más de horas de concierto donde Manuel y su banda le entregaron la vida a su público, donde su público fotografió, grabó y miró atento el escenario, la magia ocurrió, la música protagonizó una noche donde todo lo malo se olvidó, donde cada uno de los presentes no dejó de soñar con esta noche inmensa y llena de energía.

Manuel Carrasco conquistó Barcelona con su carisma, con su cercanía, con su voz, con sus canciones, con toda la intensidad de sus interpretaciones, la sonrisa no desapareció y la alegría de haber hecho feliz a su gente fue recompensada con una ovación de pie al finalizar el show en el Palau Sant Jordi.

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