Por: Fernando Pérez
Fotos: Comunidad 18
Con un nuevo disco bajo el brazo, con las maletas cargadas de ilusiones por presentar este nuevo álbum en México es como María y Txarlie de Mäbu llegaban a México para, en ocho conciertos, mostrar en directo «Buenaventura».
Recorrieron 5 ciudades antes de llegar a la capital del país. Monterrey y León los recibieron con emoción llevándose muchos recuerdos a cuestas de una primera vez; Guadalajara, Morelia y Puebla escucharon atentos nuevamente su música; Ciudad de México esperó ansiosa para recibir la atmósfera musical de «Buenaventura».
María y Txarlie esperaban con ansias este concierto, un show donde sabían la mayor cantidad de fans estarían presentes y así fue porque una hora antes de poder ingresar al concierto la fila de seguidores comenzaba a crecer, desde aquellos que ya los venían siguiendo de años atrás a los que se han ido sumando a este grupo, todos esperaban el momento para ingresar y sentir como la música de Mäbu los envolvía.
Pasadas las 10 de la noche, con el público dentro del Caradura y tras escuchar la música en directo de Tania Barbará (invitada para abrir el concierto), el telón se abrió, los primeros acordes comenzaron a sonar y María junto a Txarlie iniciaron una noche llena de alegría.
Desde que salieron a escena, se podía sentir como el ambiente cambiaba, como aquel mundo mágico al cual transporta la música de Mäbu comenzaba a emerger de todos los rincones oscuros del Caradura. Canción tras canción, aplauso tras aplauso, la BuenaEnergía de los presentes comenzaban a iluminar y a dar vida a cada palabra de agradecimiento de parte de María, a cada petición musical del público, vida que emocionaba y contagiaba de alegría, vibra que sólo en un concierto de Mäbu se puede sentir.
La velada mágica musical no podía estar completa sin la presencia de dos invitados, Tania Barbará y Rodrigo Robles fiel compañero de Mäbu en México, y que durante esta noche interpretó junto a María y Txarlie una canción en homenaje a Sergio Blanco padre de María, fallecido hace dos años, además de cantar una infaltable de estos artistas: Paralelo.
Se creó mucha magia gracias a la dulce voz de María, a las guitarras armoniosas de Txarlie, a la energía y cariño que tiene el público hacia estos dos artistas. La Buenaventura nos sonrío y nos regaló una noche mágica de esas que quedan grabadas en la memoria, que ni estando A solas, ni con El Caimán a un lado nos dejan con Cara Triste.