La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.) volvió a Barcelona para llenar de energía y vida los corazones de los asistentes al Parc del Fòrum el pasado domingo 5 de septiembre.

La noche del primer domingo de septiembre fue testigo de cómo la agrupación burgalesa desató la locura con tan sólo saltar al escenario; siete músicos que fieles a su manera de vivir la música en directo lo dieron todo desde el primer acorde.

Sonó aquel primer acorde y todo cambió, todo se transformó, Alguna ola de emociones bañó al público que, como el último baño del verano, lo recibió con la alegría de un niño que disfruta hasta el último instante de sus momentos de diversión.

Sin preocupaciones y de manera caótica es como se vivió este concierto, desde el escenario la energía que se desprendía era inconmensurable, mientras que debajo de él, era el doble de enérgico todo, parecía que hace mucho no se vivía un concierto así, al aire libre, con cielo estrellado de Barcelona como testigo de una noche inolvidable de música.

 

La velada sería inolvidable por varios motivos, el primero fue compartir con más gente de la habitual en los últimos tiempos, un aforo más grande de lo acostumbrado; el segundo de ellos ocurrió cuando a mitad del concierto sonaba Vasos Vacíos y de la nada, el sonido murió, cortó de tajo las voces y los instrumentos, todos sobre el escenario se quedaron sorprendidos por lo que ocurrió, sin embargo, la magia llegó.

El sonido sobre el escenario era lo de menos porque debajo el público a una sola voz entonó para sus artistas los últimos versos de la canción, como si de una serenata se tratase. La M.O.D.A. dejó los instrumentos y disfrutó con sonrisas lo que su gente de Barcelona le estaba cantando, para luego de unos momentos compartir todos este momento entonando el último verso de la canción como si no hubiera un mañana.

Los artistas aplaudieron esta muestra de cariño de su público, y en voz de David Ruiz comunicaron que harían todo para solucionarlo y continuar con la fiesta, y así fue al poco tiempo, tal vez 5 minutos regresaron al escenario para seguir con toda la energía que aún quedaba por compartir.

Tras este incidente el concierto se vivió diferente, porque los coros, los aplausos y los bailes fueron más enérgicos, fueron un golpe de energía que todos necesitaban, sobre y bajo el escenario. La música siguió hasta que llegó el momento de salir del escenario, y lo hicieron entre aplausos y gritos de apoyo.

A los segundos de ocurrido esto David Ruiz volvió solo y junto a su guitarra dedicó a todos aquellos que están lejos de casa la canción Campo Amarillo, un momento emotivo e inolvidable más, porque cuando la canción estaba por terminar entre un silencio absoluto de respeto, sus compañeros se colocaron junto a David para disfrutar de esta interpretación, la canción terminó y los aplausos retumbaron en el Parc del Fòrum, haciendo emocionar a David, que estaba al borde de las lágrimas.

Luego de este momento emotivo la fiesta y energía regresaron, volvieron sabiendo que serían las últimas canciones de su concierto en Barcelona, fueron las últimas fotografías musicales que todos se llevarían a casa y no podía cerrar de otra manera con el agradecimiento a todos los asistentes, y con esa canción con la que todos se sienten identificados, Héroes del sábado se bailó y se cantó ,y como la canción insignia de la banda retumbó en cada rincón del recinto.

La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.) se despedía aplaudiendo y sonriendo, abrazándose entre ellos porque la alegría de un concierto donde tu público lo da todo por ti es indescriptible, una noche donde su música golpeo lo más profundo del alma recargándola de energía. Aplausos y gritos, fueron el cierre de un concierto que voló y que siempre te deja con ganas de más. La M.O.D.A. dijo Adiós a Barcelona, pero siempre con las ganas de volver y de seguir viviendo conciertos como este.

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