ENTRE BRUJAS Y ESTRELLAS MARIA RODÉS ENAMORÓ BARCELONA

 

  • Texto y fotografías: Fernando Pérez

La noche del 28 de febrero la Sala Apolo recibió a una de las cantautoras de voz más dulce del panorama musical; Maria Rodés llegaba a Barcelona para presentar su nuevo concepto musical “Lilith”.

Pasadas las nueve de la noche, cuando todo el público se encontraba en sus lugares para disfrutar del concierto, el aquelarre musical de la cantautora inició, Maria acompañada de su banda saltaron al escenario para comenzar una noche mágica.

Maria Rodés en Barcelona

El repertorio se centró en canciones propias y composiciones de otros donde las protagonistas eran aquellas mujeres inteligentes y valientes que demostraron sus conocimientos al mundo y que por ello era llamadas brujas.

No sólo las brujas fueron protagonistas de la noche, las estrellas y el universo también acompañaron a Maria, las canciones de Eclíptica aparecieron para ser el perfecto acompañamiento de una noche donde la magia estaba presente, el maravilloso universo fue el cómplice perfecto para estas mujeres valientes.

Las brujas, las estrellas congregaron alrededor de 250 personas, mismas que disfrutaron cada una de las canciones, aplaudieron la dulzura con la que Maria interpreta sus canciones, abrazaron e hicieron suyos los temas nuevos y los que no conocían, corearon aquellos estribillos conocidos y hasta bailaron al ritmo de algunos de sus temas más movidos.

Maria Rodés en Barcelona

Cuando el concierto terminaba Maria agradecía el volver a tocar en Barcelona, agradeció el respeto con el que su público escuchó cada una de sus canciones y con una clara sonrisa se despedía de la gente, lo hacía al centro del escenario, frente a todos y rodeada de su banda.

El público aplaudió y gritó queriendo más, por ello la reina de este aquelarre volvía, y regresaba para cerrar con dos canciones más y en medio de su ciclo eclipse particular, se despedía de manera definitiva, una vez más dando las gracias y pasando al frente para despedirse.

Los aplausos fueron interminables, todos estaban de pie despidiendo lo que había sido una noche mágica, una velada donde cada uno de los asistentes conectó con algo dentro de sí, donde las brujas y las estrellas fueron acariciadas por la dulce voz de Maria, donde las emociones y los sentimientos brotaron de todos los rincones de la Apolo.

Maria Rodés y Lilith aún tienen mucho que contar, mucho que sentir, muchos lugares que recorrer, pero lo vivido en Barcelona la noche del 28 de febrero es algo que difícilmente se podrá olvidar.

GALERÍA FOTOGRÁFICA MARIA RODÉS