El 18 de noviembre de 2015 el Centro Cultural de España en México recibía por primera vez a IZAL, ese quinteto español que comenzaba a notarse en España y que probaban suerte del otro lado del charco, aquel día fue la primera vez que vivimos como Comunidad 18 un concierto de la agrupación.

El círculo lo cerramos el pasado 8 de octubre con su último concierto en Barcelona, al igual que la primera vez sólo una persona fue capaz de vivir la experiencia, sin embargo, desde aquel 2015 cada uno de los conciertos de IZAL fueron especiales. Más de 5 veces los pudimos disfrutar en directo, todos y cada uno de los show diferentes, presentando discos diferentes y canciones nuevas.

La noche del último baile en Barcelona no podía ser más especial, lo que vivimos gracias a su música no se puede comparar con nada, la distancia geográfica y horaria en todos los conciertos vividos nunca fue impedimento para sentir el calor que cada una de sus canciones nos transmiten, hoy no leerán una reseña más, leerán las emociones que nos hizo sentir IZAL en este último concierto.

La magia comenzó con canciones llenas de ritmo, todos sabíamos que al iniciar el concierto no habría manera de repetirlo, sabíamos que había que disfrutarlo y vivirlo como lo último que pudiéramos hacer, y así fue, los saltos, los gritos, los aplausos hicieron retumbar el Palau Sant Jordi que lució lleno para despedir a la banda.

La emoción se sentía en el ambiente, la nostalgia se percibía en cada una de las interpretaciones de Mikel, quien en numerosas ocasiones agradecía por todos los años que el público estuvo a su lado, cuando las palabras del cantante sonaban, los recuerdos de emoción de su primera vez en México llegaron a la mente, el miedo por algo nuevo se hacía presente, así como esta noche, cuando después del fin, se viene algo nuevo para cada uno de sus integrantes.

Bailar, cantar, saltar, dejarse la voz eran las únicas cosas que se tenían que hacer cuando de un concierto de IZAL se trataba, esta noche fue así, de principio a fin no paro el baile, no pararon los coros a una sola voz, el rugir del público emocionaba y te hacía sentir parte de esa voz. Cada persona vivió libremente el show, cada persona en el Palau hizo lo que quiso, pero sobre toda, cada uno a su manera agradeció los años de música.

La locura musical que significaba IZAL parecía que no terminaría nunca, sin embargo, el fin llegó, este concierto nos mostró lo último que tenía que ofrecer la agrupación, sus sonidos fuertes, sus letras llenas de historias, las emociones que transmitían sobre el escenario se vivían por última vez, y con el paso de las canciones, sin mucho descanso, la llama se iba extinguiendo.

La última canción llegó, el momento que todo el Palau esperaba había llegado, era el momento del adiós, del decir gracias por todo lo que nos han dado en estos años, y no hubo mejor manera para despedirse que con la canción que catapultó su carrera, La mujer de verde sonó por última vez en Barcelona, la mujer de verde apareció para despedirse de su público, esa mujer fue quien nos dijo «todo estará bien», y con esta canción IZAL dijo hasta pronto y agradecía infinitamente lo vivido esta noche y a lo largo de los años.

Mientras la canción sonaba y se cantaba a una voz, llegaron los recuerdos de la primera vez en directo, los recuerdos de los conciertos vividos, las emociones y la pasión con que vivíamos los conciertos invadió nuestra cabeza llenándola de los mejores recuerdos de conciertos, esto nos pasó a nosotras, pero a más de uno en el público lo pasó lo mismo.

Alberto, Iván, Mikel, Alejandro y Emanuel se despidieron de Barcelona con una última fotografía, con las sonrisas imborrables de quienes los acompañaron en este último baile catalán.

Ellos decidieron dejarla, la música le dijo adiós a IZAL, pero nosotras les recordaremos siempre como la banda que nos unió y que nos hizo creer en este proyecto musical llamado Comunidad 18.

¡Hasta siempre IZAL!

GALERÍA FOTOGRAFICA DEL ÚLTIMO BAILE DE IZAL