El método Bunbury ¿Inspiración o plagio?

Por: Minerva López

Este domingo se popularizó una nota que hace referencia a un libro que está por salir titulado “El método Bunbury” un texto de 300 páginas, escrito por Fernando del Val. En este libro, Del Val expone que, el referente del rock español, Enrique Bunbury ha tomado fragmentos de otros autores, más de 500 versos, sin darles ningún crédito.

En la descripción del libro que tiene la editorial Difácil en su sitio web se señala que “Buena parte de las letras de Enrique Bunbury se compone de fragmentos de escritores a los que no cita. Este libro demuestra que la práctica ha sido habitual en toda su carrera […] Las 37 canciones en las que la práctica es más llamativa se analizan en un dossier que comprende un arco temporal de tres décadas de trabajo”, es decir, se hace un análisis profundo de sus líricas desde su etapa en Héroes del Silencio hasta su más reciente disco en solitario Posible, que se editó este 2020.

Mario Benedetti, Charles Bukowski,  José Gorostiza, Felipe Benítez Reyes, Blas de Otero, Fernando Sánchez Dragó, son algunos de los autores mencionados y comparados, en este libro, que deja en el aire una postura ambigua ¿Lo que hace Bunbury es plagio o sus letras son el resultado de una mente que absorbe ideas de todas partes? Si sólo se trata de inspiración entonces…

¿Hasta donde llegan los límites de la inspiración?

Una de las preguntas obligadas a un artista que empieza (o no) es sobre sus influencias, saber quién los inspira, generalmente se piensa en la música, pero también hay escritores y hasta pintores ¿les suena La Oreja de Van Gogh o El trap remix de Las Meninas de Velázquez? Hay bandas que su nombre lo tomaron de la frase de una canción, el personaje de una pelicula o algun libro (Vetusta Morla, Rufus T Firefly, Lori Meyers, Lady Gaga) pero las referencias en esos casos son obvias ya que los artistas cuentan una y otra vez las historias del origen de sus nombres, pero si no lo hicieran ¿Sería plagio?

 El mismo Bunbury ha sido influencia para muchas de las bandas y cantautores actuales, ha logrado impresionar a sus admiradores  con su lírica, su voz, su estilo y lo cultas que parecen sus palabras, porque al final para poder tomar todas las ideas que ha plasmado en sus canciones, debió haber leído a todos los autores que se citan en el texto.

Hace poco veía la serie 45 revoluciones, en donde hay un compositor dramático que cuenta que sus canciones son un reflejo de su propia alma, entonces tomar textos y contenidos de otra persona quizá demuestren que tienes un alma, un tanto superficial.

Que también hay que ser considerados y recordar que la mente de cada persona funciona diferente, no sé, no me imagino a bunbury con lápiz  y papel en una mano y un compendio de poemas de benedetti en la otra, pero quién sabe.

Sobre este tema el periódico español El País, hace referencia a un declaración del mismo Enrique Bunbury donde asegura que toma ideas de todas partes, que hasta ha incluido titulares de periódicos y que por eso nadie hace escandalo y ¡Eh! Es verdad, hacer un titular es muy complicado y nadie tiene un crédito por eso, pero un titular, es algo efímero, la poesía y los libros no. 

También es importante hacer énfasis en que nuestros conocimientos literarios son deficientes como para no haber notado esto hace años, entonces sí, Bunbury tomo versos completos y los agregó a sus canciones, él leyó a todos estos autores, se apropio de sus palabras y las hizo suyas, las compartió con un montón de gente que lo sigue y a algunos de estos poetas les dio una pequeña ventana, sin embargo, lo “correcto” es que debería de admitir la influencia de estos en su letras. Y en cuanto a esto las dudas que saltan son ¿Cuántos compositores siguen un método similar?, ¿Habrá una cacería de versos apropiados ocultos? O simplemente será una anécdota para lograr un best seller.

Al final en la sinopsis del libro se asegura que el único objetivo de este es “explicar qué hay detrás de las canciones de Enrique Bunbury y lanzar un cálculo acerca de los límites de la creación”. Aunque también crea un debate entre la creatividad y la copia, y siembra la duda sobre cuáles artistas de la música tienen un método similar y cuáles no.