El pasado 23 de noviembre, como parte de su gira «Donde caben dos caben tres». Juan Gómez, mejor conocido como El Kanka, llegó para arrebatar los corazones y el cariño del público de Barcelona que se dio cita en el Sant Jordi Club.
El recinto contiguo al Palau de Sant Jordi abrió sus puertas para recibir a uno de los cantautores más queridos de la actualidad, El Kanka y su banda estaba por vivir una noche imborrable en la ciudad que durante un tiempo fue su casa, Barcelona lo recibió con los brazos abiertos y con ganas de su música.
Puntual a su cita, El Kanka saltó al escenario para, con guitarra en mano, comenzar su noche con Volar y enlazarla con Por eso canto, mientras está última sonaba, el resto de su banda apareció para acompañarlo y terminar todos juntos la canción dando así la bienvenida al público.
De principio a fin los asistentes disfrutaron el concierto, lo bailaron, lo gritaron y hasta le quitaban de la boca los versos al Kanka, cantaban como si no hubiera mañana, provocando sonrisas en el cantautor andaluz, sonrisas que, desde el segundo uno sobre el escenario, no desaparecieron pues lo que estaba sucediendo era algo increíble, algo que en algún momento seguro se veía inimaginable.
La entrega del público era recompensada con cada canción, con cada baile sobre el escenario, con cada muestra de talento por parte de los músicos que acompañan al Kanka, la energía desbordada de los asistentes era contagiosa, nadie dejaba de bailar y menos cuando sonaban aquellas canciones “hits”. Los que fueron al concierto era porque querían escuchar todas las canciones, aunque algunos gritaban y se emocionaban de más cuando sonaba el tema que más les gustaba, la indiferencia no cabía en el recinto cada uno de los asistentes disfrutaba del concierto a su manera.
Del escenario al público se sentía mucho calor, hermandad única, que sólo la música de El Kanka puede provocar, la comunión entre artista y público es insuperable, sus fans coreaban todo, aplaudían todo y es que Juan Gómez se hace querer, sus canciones lograron hacer saltar y hermanar a desconocidos, por un momento todos eran gente que se conocía, gente que estaba unida gracias al arte que se desprendía del escenario.
Cuando el fin de la fiesta estaba por llegar El Kanka invitó a uno de sus amigos de Barcelona, alguien querido en la ciudad y que como lo dijo Juan, no podía faltar estando aquí: El Niño de la Hipoteca hizo su aparición como un total rockstar, momento que desató locura y que se vivió intensamente.
El concierto estaba por terminar, la banda había sido presentada y ovacionada, ya habían salido de escena en una vez, los grandes éxitos de la carrera del Kanka ya habían sonado, pero aún quedaba uno por escuchar, por ello todos volvían al escenario para despedirse con Qué bello es vivir.
Y sí, qué bello es vivir y vivirlo, porque baila como quieras bailar Kanka, el mundo voraz de la música no te detiene, anoche en el Sant Jordi Club quedó claro que tu arte llega a todos, que tu música une y que tu público fiel no te abandona. El Kanka triunfó en Barcelona con un concierto único e irrepetible, donde no sólo cupieron tres, fueron cientos los que te acompañaron en tu noche barcelonesa.
Texto y fotografías: Fernando Pérez
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