Las fiestas de los barrios de Barcelona han vuelto a la ciudad, y Gràcia, uno de los más emblemáticos y bohemios de la urbe está de fiesta, una fiesta donde el color invade sus pequeños rincones, donde los sonidos de alegría acompañan a los visitantes por sus calles y plazas.
Y es aquí, en una pequeña plaza donde se encuentra el Centre Artesà Tradicionàrius, que se vistió de gala para recibir la música de 10 artistas, 10 mujeres de música, Balkan Paradise Orchestra invadío con su “Odissea” musical los oídos de quienes se dieron cita en el centro para bailar y cantar junto a ellas.
Pasaban las ocho de la noche cuando la atención se centraba en el Tradicionàrius, la música en directo hacía su aparición gracias a estas músicas, quienes sólo con saltar a escena elevaron la temperatura y llenaron de energía la sala. Una decena de instrumentos en escena, diez chicas que lo daban todo en cada instante, se desvivían por un momento, por su público quien no paró de disfrutar el concierto.
Fue imposible no moverse, es imposible contener la emoción al ver a este grupo de música instrumental, donde cada una de ellas disfruta el momento, comparte miradas y sonrisas con sus compañeras, comparten una fiesta sin fin, fue una noche donde la magia musical de Balkan Paradise Orchestra nos hizo olvidar nuestros problemas, donde lo único que se podía hacer era divertirse.
La alegría estuvo asegurada, los bailes garantizados y los aplausos eran el aire que respiraban para no parar y poder seguir dando todo sobre el escenario; noventa minutos pasaron volando y sólo esto ocurre en un concierto de Balkan Paradise Orchestra.
La noche musical llegó a su fin en medio de una atmósfera donde nada podía salir mal, donde todo lo vivido quedará en el recuerdo de las y los asistentes, donde ellas sonrientes agradecían los aplausos infinitos de un público fiel que se desvivió al igual que ellas por sus canciones.
Balkan Paradise Orchestra son arte, son energía, son fiesta, son mujeres que conquistan con sus instrumentos y todo su arte, su Odissea llegó a Gràcia, invadió los rincones de este barrio que hasta este momento no para de bailar las canciones de la banda.
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