Por: Mónica López
Durante la semana pasada (exactamente desde el 8 de mayo) se dio a conocer el supuesto acoso que había cometido Mikel Izal a una seguidora, se trataba de una captura de pantalla que una persona había subido a Twitter, en donde se leía : «Tocate 🙂 jajaja (Soy un cachondo… perdona») , que era la respuesta que daba después de que la persona le dijera: “estoy escuchando una canción tuya right now”. Captura que hizo dividir a las personas, entre las que apoyaban que eso era acoso y las que apoyaban ciegamente a Mikel, y aquellos en que ponían en duda que eso se tratará de acoso, pero consideraban que no era correcto su proceder.
Tras leer la acusación, y todas las opiniones, pensé que sí eso lo consideraban acoso, que si esta persona, y otras, se habían decidido a mostrar cómo este músico les había tratado de “ligar”, también se puede considerar “acoso” lo que hacen ciertos seguidores con los músicos, y lo digo porque lo he vivido, porque he visto cómo tanto hombres como mujeres no han respetado a un músico, porque esto como una moneda, tiene dos caras.
Durante toda la vida he vivido rodeada de música, admirando a músicos y la música que hacen, pero hasta hace 10 años es que comencé a estar más cerca de la música, primero como fan y después como parte de la prensa musical. En mi primer acercamiento, con mi hermana decidimos “unirnos” a dos clubes de fans, eran músicos españoles, así que los acercamientos a estos eran muy difíciles, en ambos había una extraña mafia (que eso es una historia que luego también retomaremos), en la que existen personas que no sabían respetar los espacios de los músicos, y en muchos casos, ni su intimidad.
Nosotras siempre hemos sido la timidez andante, y aunque muchas veces tuvimos oportunidad de acercarnos a estos músicos, siempre mantuvimos cierta distancia, esperábamos pacientemente para pedir una foto o un autógrafo, mientras veíamos como las chicas abrazaban a los músicos, como les pedían e intentaban robarles besos, por su parte los chicos con las mujeres músico pasaba algo parecido, iban a abrazarlas, besarlas. Yo hasta el día de hoy me cuesta siquiera pedir una foto, cada quien.
Unos años más tarde nos inmiscuimos aún más en la música, al ir a vivir una temporada a España, y conocer sin intermediarios a un grupo de música que seguíamos hace años, eran personas muy cercanas a su público, tanto que cada año hacían un aniversario que comenzó siendo un concierto y terminó siendo una fiesta de tres días, justo con el fin de celebrar con sus seguidores. Fue la primera vez que pudimos ver que, a pesar de lo que te hace creer, los músicos son personas, tienen una vida aparte de la música y que también viven experiencias incómodas, que muchas veces deben de soportar para que no se les va como “malagradecidos” o “creídos”.
Con este acercamiento vimos, como había chicas que iban y les roban besos a los músicos, sin importar si tienen pareja, o que hablan mal de esas parejas, también las personas que se los “reparten” para “ligarselos”, o como hay quienes insisten en ver a solas a un músico a través de mensaje directos, y claro quien no para de mandar mensajes sin ton ni son, y quienes sin venir a caso, lo primero que preguntan es si están solteros. Y aclaro, no sólo se trata de algo que hagan las chicas, también de cómo hay chicos que gritan “piropos” a las mujeres que son músicos, como las abrazan y tocan de forma que hacen que ellas se sientan incómodas, como les mandan mensajes con “piropos” , como les comentan en sus fotos, y como también les hacen invitaciones para quedar con ellas.
Hay ocasiones en que los músicos se lo toman de la mejor manera, como broma, o como parte de la emoción de sus seguidores, pero llega un momento en que eso deja de serlo, en que deben de poner un límite, y en ese instante es cuando los seguidores dicen “ya se creen mucho”.
El acoso, ahora es un término que se toma a la ligera, pero es algo que existe y que pasa, controvertido desde ambos lados de la moneda, pero también es cierto que, como en (casi) todo, cada uno llega hasta donde uno lo permite, tanto del lado del fan como del lado del músico, porque hay fans que aceptan irse con un músico, y músicos que aceptan los besos, los halagos del fan, porque ni todo es negro, ni blanco.
Si acusan de acoso a Mikel Izal por “aprovecharse” de su fama, de ser músico, para ligar, entonces todos han cometido acoso, porque todos dejan ver sus mejores características cuando “ligan”, presumen de ser médico, de ser fitness, de ser barman, o lo que sea, pero sólo es una característica de lo que es una persona, sí, para impresionar, ¿pero quién no lo hace cuando se trata de conquistar?, y estará en cada uno si lo acepta o no, si eso le parece atractivo o no, y si no te gusta, nada como cerrar la conversación, alejarte y listo.
En este mundo, como en el mundo en general, todo se trata de respeto, comprensión y reciprocidad, porque sí ahora las chicas (en este caso), están comentando los mensajes de Mikel, que no les ha gustado, y piden respeto, y hasta una disculpa por parte del músico, también se vale que él pida también respeto y no le vuelvan a poner en sus fotos “guapo” , “no sé que es más hermoso, si el paisaje o tú”, porque ni es el primero ni el último que ha recibido este tipo de mensajes , ni los primeros, ni los últimos que pondrán, pero antes de poner un comentario, de responder un mensaje, pensemos si seríamos capaces de decirlo de frente, porque es fácil escribir detrás de una pantalla y no pensar en el otro.