El pasado 21 de mayo Barcelona vivió un concierto especial, una de las bandas referentes del indie español actual reventó el Palau Sant Jordi, Vetusta Morla con su Gira Cable a Tierra hizo vibrar la ciudad.

Pasaban las nueve de la noche cuando todas las luces se apagaron, el espectáculo sonoro y visual estaba por iniciar, con una pequeña intro todo dio inicio, proyecciones al frente y detrás del escenario ocultaban a la agrupación mientras la primera canción se hacía presente, Puñalada trapera fue entonada a todo pulmón por las miles de personas que se dieron cita esa noche.

En esta noche especial Vetusta Morla no estaba sola, la acompañaba la Orquesta Cable a Tierra, agrupación que le dio un toque especial a la noche con sus sonidos tradicionales, los cuales en varias ocasiones fueron presenciados por Pucho, que como si un espectador más se tratara se sentaba frente al escenario para disfrutar de esos sonidos, de esos versos.

El repertorio musical de la velada estuvo conformado por las canciones de su más reciente álbum Cable a Tierra y de aquellos temas que han sido parte de sus anteriores materiales, una mezcla perfecta para disfrutar de este magno concierto en el Palau.

Su público, esas personas fieles a la banda estuvieron apoyando en todo momento; en esas canciones con mayor carga emocional como lo son Copenhague o Consejo de sabios la voz del Palau ensordecía el ambiente, cada rincón del palacio retumbaba con la voz de esos coros a una voz. Lo tradicional de la Orquesta cable a Tierra también fue aplaudido hasta el cansancio y es que en algún momento sacaron una mesa de panadera para con ella a golpe de mano sobre la mesa hacer la intro que presagiaba la locura de Finisterre.

Del 23 de junio llegamos a Consejo de sabios, pero no sin antes vivir Al final de la escapada, y es que así iba el concierto de un disco a otro, de una ritmo a otro, de una historia a otra, la gente se dejó llevar por este vaivén de emociones que no hacían más que acrecentar la euforia de quienes estaban disfrutando a esta noche en Barcelona.

El tiempo parecía detenerse por instantes, lo único que se hacía era bailar, cantar, aplaudir, gritar, la música y el calor de los presentes te envolvía, te arropaba y lo único que importaba era escuchar y ver lo que ocurría sobre el escenario, donde todas y cada una de las personas sobre él lo daban todo en cada interpretación, con sonrisas, con caras que demostraban energía, con la alegría de quien vive una aventura, es como Vetusta disfrutó de su concierto.

Habían pasado casi dos horas desde que inició esta locura musical, pero el tiempo no se sintió, sólo el momento final llegó, pero no sin antes agradecer a todos los involucrados en este show, dedicado a todos quienes los han ayudado y quienes lo pasaron mal durante el estado más crítico de la pandemia, agradecidos con quienes los acompañan siempre es como Vetusta se despedía de Barcelona, decía adiós cantando por todo lo alto Los días raros.

Por última vez la voz del Palau retumbó, ensordecía y aplaudía a su banda, a la banda que es parte de su banda sonora del día a día, agradeció con ese aplauso eterno que quedó guardado en las paredes del recinto, Vetusta Morla hizo vibrar Barcelona.

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