Tras unos días de incertidumbre el Festival Empremtes organizado por Faro Music volvió a la ciudad y lo hizo a lo grande con el concierto de TéCanela en la Apolo 2 de Barcelona.
La noche del 24 la inició la cantautora Raquel Lúa con un trío de canciones que sirvieron para encender al público, no eran suficientes, pero era lo poco que podrían disfrutar de la cantautora, al menos esta noche, donde TéCanela estaban listas para el espectáculo.
Raquel salió del escenario y dio paso a la banda, quienes entre aplausos y gritos de apoyo iniciaron con su presentación, un espectáculo sonoro que se disfruta desde el segundo uno.
TéCanela son alegría, son consciencia, son la esencia de una música hecha con el corazón y donde entregan el alma, así lo demostraron en este concierto, que además de arrancarle sonrisas al público, su público les puso una sonrisa en la cara a ellas con coros improvisados, llenos de cariño.
Ari hablaba entre canciones, siempre con una sonrisa, siempre con la alegría de quien vive su música al máximo. Las canciones sonaban, la complicidad sobre el escenario junto a sus compañeros se sentía en cada acorde, eran el complemento para que las voces de Jano y Ari llegaran a lo más profundo de los corazones, todo el conjunto musical era magia.
Su público bailaba al ritmo de TéCanela, aplaudía entre canciones ovacionando lo que hacían sobre el escenario, coreaban cuando la banda no lo esperaba, seguían los juegos que les proponían, su público era uno mismo con ellas, el amor de su público era sincero, puro y encantador, la familia de Barcelona los acompañaba esta noche.
La marea musical y emocional de TéCanela pasó rápido, pero con mucha intensidad, fueron minutos donde todo lo que se vivía era para nosotras, era nuestro momento, los instantes vividos durante el concierto nos llevaron Al borde de la cordura, como su último disco, porque siempre vivimos en un mundo de locos.
La noche llegó a su fin lo habían hecho una vez más, Barcelona y la Apolo 2 se rindieron a los pies de estás artistas del sentimiento, llenaron de vida el alma de los asistentes, fueron luz y alegría en la noche, fueron emoción y pasión, simplemente fueron TéCanela.
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