Subidón de emociones con Dani Martín en el Metropólitan

Texto: Minerva López
Fotos: Mónica López

En Julio de 2010 El Canto del Loco cerraba un ciclo en el mítico Teatro Metropólitan de, lo que en ese entonces aun era, el Distrito Federal, y el pasado 29 de septiembre Dani Martín regresó a este recinto con 18 años de carrera y cuatro discos en solitario, para regalar a su público una noche llena de Grandes Éxitos y Pequeños Desastres.

El concierto inició con Volver a disfrutar, y desde ese momento todos de pie y a gritos recibieron a Dani y a pesar de que el Teatro Metropólitan puede ser un recinto intimidante poco a poco la gente conectaba cada vez más con la energía que transmitía Dani Martín y su banda.

La suerte de mi vida arrancó gritos atronadores por todo el recinto y Dani Martín demostró que es el dueño de los escenarios y que es capaz de prender a la gente en cualquier parte del mundo; Y también hace prender los teléfonos de cientos de personas, logrando que un montón de luces bailaran al compás de Que se mueran de envidia.

Esa noche de septiembre fue un vaivén de emociones, donde la melancolía, la diversión y el romanticismo se conjugaban, los recuerdos jugaron un papel importante, donde Besos, Insoportable y Volverá nos regresaron a ese verano del 2010 donde despedíamos al canto del loco; y Los charcos, Las ganas y 16 añitos nos hacían sentir un poco más grandes, más maduros, más cercanos a Dani y a lo que en cada uno de estos temas contó.

Algo que dejó en claro el madrileño es que, así como tiene fans que lo han acompañado desde la primera vez que piso México, su carrera ha tomado mayor fuerza en nuestro país desde su que inició su camino en solitario. Y canciones como Mira la vida, Mi lamento y Cero reafirmaron esto cuando el recinto ensordeció ante los potentes y armónicos coros de los asistentes.

Pero Dani Martín no es sólo él en el escenario y lo recalca a cada instante agradeciendo a la gente que viaja con él a donde sea. El cantautor lleva años acompañado de grandes músicos como el mismo Iñaki García que hizo lujo de su talento al piano en un preludio a Que bonita la vida. Y no olvidemos que todo el público se unió para cantar las mañanitas a Candy Caramelo, que funge como bajo en la banda que acompaña a Dani en todos sus conciertos.

Una de las preguntas que siempre persiguen a los músico es ¿Cuáles son tus influencias? Y en éste concierto Dani dejo clara la música que lo mueve con un popurri en el que se encontraba desde Extramoduro, Quique González y Sabina, hasta Green Day, los Ramones y más; un regalo invaluable para sus fans y no tan fans.

Algo era distinto esa noche en el Metropólitan, Dani animaba a su público como siempre, si, pero la energía que irradiaba era otra, su conexión con su banda y con los asistentes era mayor, se veía relajado, resuelto como si hubiera decido disfrutar al máximo esas dos horas y media con la gente que ese día se reunió con él para corear sus canciones, y que después pasara lo que tuviera que pasar; se olvidó de las poses y solamente se dejó llevar. Porque quizá, por ese par de horas, Dani Martín estaba en México y estaba en su casa.

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