El rock and roll de Los Zigarros llegó a Barcelona, una noche llena de energía y ritmo donde la música hizo viajar nuestros oídos.
El pasado viernes 17 de diciembre la Apolo recibía un concierto más y sería testigo de cómo el poder del rock and roll sigue vigente, con seguidores fieles que viven al máximo los conciertos, su banda, Los Zigarros llegó a la ciudad, puntuales a su cita saltaron al escenario para desatar la pasión de los presentes.
Ovidi, Álvaro, Adrián y Nacho llenaron el recinto con dos horas de rock, canciones del pasado y el presente de la banda sonaron a una sola voz, el soundtrack de la noche se bailó sin pena y con energía desbordante. El calor de la música arropó a quienes se dieron cita en este show, el calor que provoca la música de Los Zigarros.
Su público se dejó la voz el viernes, cada grito, cada coro, cada palabra de aliento retumbaba más allá de las paredes de la Apolo, la energía de la banda era contagiosa, era inevitable no bailar o cantar, moverse de un lado a otro, saltar en tu sitio, reír y cantar junto a los compañeros de la noche.
Era un ir y venir de canciones, hubo pocos descansos, pero eran lo suficiente para recobrar el aliento y seguir con la fiesta roquera que se vivía en la sala, una fiesta que se vivió como si fuera la última noche concierto, las ganas de disfrutar un concierto así pudieron más que otra cosa, la gente se desvivió y dio todo esa noche.
Con cada canción que pasaba el concierto se terminaba, aun así Los Zigarros también dejaron todo en cada una de ellas, el fin llegó pero la energía continuo, nunca cayó, tan no caía que parecía esto no había concluido.
Cuando el último aplauso terminó y la banda salió del escenario, fue cuando todos se dieron cuento que si, en realidad esta fiesta había terminado, a pesar de ello la energía se mantenía en el ambiente, la camaradería, las risas, los gritos emocionados permanecían, y es que luego de tal muestra de poderío musical era imposible no sentir aún las vibraciones de las canciones.
Los Zigarros llenaron de rock y energía Barcelona, llevaron al límite la alegría de su público, mostraron que la música vive y es capaz de hacer vibrar a todo quien se acerca a escuchar sus canciones.
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