La noche del jueves 26 de mayo llegó a Barcelona Costumbrismo Mágico un sitio dónde todas somos libres, dónde la música nos une y nos llena de vida, Ladilla Rusa llenó de esta magia y libertad la Razzmatazz.

Puntuales a su cita, las luces del recinto de apagaron y en una proyección al fondo del escenario una conversación sonaba y se veía, era el aviso de que estábamos por ir de concierto, mamá nos decía que lleváramos un bocadillo mientras esperamos el concierto, y así inició todo, Tania y Víctor saltaron a escena con disfraces de bocadillo, dando así la bienvenida e iniciar la fiesta.

Los trajes volaron y la música comenzó a sonar para no parar durante hora y media. Su público seguidor sabía que esta sería una noche especial, con pelucas, disfraces los acompañaban, en un concierto de Ladilla puedes ser lo que quieras, así como su música, simple y sencilla pero con un mensaje que llega a todos.

La energía que desprenden Tania y Víctor sobre el escenario es contagiosa, es un vicio del cual una vez dentro no puedes escapar, lo único que tienes que hacer es dejarte llevar y disfrutar. Así lo vivió su público, con el paso de las canciones y conforme llegaban sus más éxitos la energía aumentaba, los bailes cada vez eran más largos, los coros eran más fuertes, todo esto acompañado de quien tenías a lado que se volvía tu cómplice en cada canción.

Abrazar a quien tuvieras a un lado te revitalizaba, escuchar junto a esa persona las canciones de Ladilla te daba vida, te recarga la energía, por peor que hubiera sido tú día este era tu momento, Ladilla estaba sobre el escenario, tú debajo de él disfrutando como nunca, esto es un concierto donde vivir el momento es lo más importante.

Sus canciones tan simples se vuelven himnos de vida, himnos que la Razzmatazz cantó a una voz, los gritos dejando la voz eran inevitables, los coros retumbaban más allá de las paredes del recinto y es que la fiesta estaba allí, la celebración mágica estaba allí, Tania, Víctor y su banda son energía que atrae, energía que da vida.

La música voló, así como el tiempo, pasaron tantas canciones, tantos momentos que no te diste cuenta que el concierto llegaba a su fin, como todos los artistas salieron del escenario para volver, y lo hicieron para cerrar con broche de oro y terminar por reventar la Razzmatazz, el último baile se vivió con mucha intensidad y los aplausos más sinceros se escucharon en todo el barrio.

Ladilla Rusa ha creado un espacio donde la libertad está por sobre todas las cosas, su música es el pretexto para vivir este momento, Tania y Víctor dos artistas que te hacen bailar, cantar, reír, ser quien tú eres, ellas han puesto a bailar Razzmatazz el pasado 26 de mayo.

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