La noche del 23 de junio, el previo al calor de las hogueras de San Juan se vivió con la música de un joven intérprete, Flavio, volvió a Barcelona para seguir enamorando a sus seguidoras.

Luego de convivir con algunas de sus fans en un meet & greet y puntual a su cita el cantante murciano saltó al escenario de la Apolo 2 para desatar la locura juvenil y arrancar de las gargantas los primeros gritos de la noche.

Emocionado y con la sonrisa en la cara regaló una noche donde se recordaron aquellas canciones con las que inició su andar musical (luego de Operación Triunfo), agradecido siempre cantaba con el corazón, con la mano el pecho decía gracias a todos los que estaban esta noche acompañándolo.

El público que en su mayoría eran chicas se desvivían por él, le entregan su voz en cada canción, Flavio les dejaba que cantasen para él, y ellas a una sola voz fueron el coro de la gente que disfruta de la música, a su edad ya eran las protagonistas de la noche.

La voz de Flavio es inconfundible, está llena de fuerza, de emoción, como lo demostró en cada una de sus interpretaciones, su voz impregna de calor los oídos, como las hogueras de San Juan llenó de calor la Apolo 2, sala que fue testigo de cómo una vez Barcelona se rendía ante las interpretaciones del joven murciano.

Las canciones pasaban y el tiempo volaba, fue poco más de una hora donde la pasión por la música, la pasión por el artista eran las protagonistas de la noche. Las canciones fueron el pretexto para dejarse el alma y olvidar los problemas.

Un show de Flavio es alegría, es disfrutar de lo que haces, es conseguir que su voz y las canciones ericen la piel, es vivir momentos donde la música llena de emociones, es cercanía, es cantarse mutuamente, es pasión.

Flavio regresó a Barcelona, volvió para ser arropado por su público, volvió para seguir conquistando a quienes lo han elegido como su artista favorito, regresó para llenar de emociones los oídos de quienes decidieron iniciar la noche de San Juan junto a él.