El Lets Festival dio inicio, lo ha hecho a lo grande con un concierto donde Pablo Gómez y Depedro, dos cantautores llenos de ritmo le dieron la bienvenida a este festival en L’Hospitalet.
Pablo Gómez Molina arrancó la noche del 3 de marzo, lo hizo con sus canciones que junto a su banda comenzaron a llenar de ritmo la mítica sala Salamandra, eran seis músicos sobre el escenario, seis artistas que lo daban todo y disfrutaban de su primera vez que tocaban juntos en este recinto.
El público que se dio cita agradeció con aplausos y coros la actuación, sabían que sería una noche especial y que tendrían que disfrutar al límite, un límite que con el paso de las canciones se estaba acercando.
Pablo Gómez dio un recital que duró aproximadamente una hora, donde sus canciones que navegan entre el rock, el indie y sus letras enigmáticas te hacen reflexionar y remueven las emociones más ocultas, se clavan en los oídos con un toque de frescura e invitan a no parar de escucharlo, y eso quería su gente, deseaban que continuara, pero el tiempo se había terminado porque era momento de recibir al segundo artista de la noche.
El telón bajó y todo se estaba preparando tras bambalinas para recibir una explosión musical que elevaría la temperatura de todo Hospitalet, los minutos de espera terminaron, Depedro junto a su bando saltaron a escena, desatando la locura del público quien ya había llenado la sala.
La música de Depedro comenzó y todo su ritmo sobre el escenario se contagió de inmediato, sus canciones eran coreadas y aplaudidas, sus bailes traspasaron y llegaron a su público que lo vivía todo con intensidad. Jairo se movía de un lado a otro, era el dueño del escenario y de las emociones que se estaban viviendo.
Las canciones iban una tras otras, las palabras de agradecimiento no podrían esperar y es que se repetía varias veces «hemos vuelto» porque todo de a poco está siendo más normal, la gente podía bailar, cantar, compartir de cerca junto a sus compañeros de concierto, esta sensación de camaradería volvía, y Depedro la sentía y la agradecía con una gran sonrisa.
El concierto era una locura musical, la temperatura se elevaba con cada canción, con cada palabra que Jairo regalaba, esta locura explotó cuando el cantautor decidió bajar del escenario para compartir de cerca con su público, una canción rodeado de su gente hizo que todos olvidásemos los problemas, se bailó a su alrededor, cantaron junto a él, este momento parecía eterno y no querían que terminara.
Luego de esta locura la calma volvió, al menos la calma debajo del escenario, porque sobre él Depedro y su banda seguían poniendo ritmo a la noche, un ritmo que en algún momento fue dedicado al único chilango de la sala, DF sonó para esa persona, quien con alegría la cantó a todo pulmón recordando los momentos vividos en su ciudad.
A pesar de no querer, la noche estaba llegando a su fin, la locura estaba por terminar, pero no sin antes regalar los últimos bailes, los últimos aplausos, los últimos gritos, todo esto con la complicidad de Jairo que con su voz, su guitarra, sus bailes nos decía adiós, una despedida que no dolía, era justa y agradecida, lo que se vivió esta noche era para el recuerdo.
Pablo Gómez y Depedro regalaron una primera noche intensa del Lets Festival, un festival musical que sigue hasta el 1 de abril con diferentes conciertos y estilos por venir. Esta primera noche fue un éxito, un gran regalo musical para la ciudad.