ARNAU GRISO Y LA REVOLUCIÓN BANANERA CONQUISTAN BARCELONA

 

  • Texto y fotografías: Fernando Pérez

El pasado 15 de febrero Arnau Griso llegaron a Barcelona para cerrar la gira de su álbum debut Revolución Bananera y lo hacían ante un Sant Jordi Club repleto de seguidores dispuestos a disfrutar y dejarse llevar por su música.

Arnau Griso en Barcelona

Todo se encontraba listo, el público en posición y todo arrancó, las luces se apagaron, los gritos de emoción retumbaron y a escena salía la banda que los acompaña en los conciertos: Dani Hernández (guitarra), Nico Mellon (bajo), Lucas Peire (teclado) y Guillem Arnau (batería), y finalmente con una pequeña intro musical brincaban a escena Eric Griso y Arnau Blanch desatando la locura de los presentes.

De comienzo a fin, el disfrute era máximo tanto arriba y como debajo del escenario, la energía frenética y desbordante de Arnau conseguía que el público no parara de cantar, de gritar y de sonreír. Eric con su guitarra no paraba de sonreír, su emoción era evidente al ver como todos  llenos de alegría cantaban con ellos sus canciones.

Arnau Griso en Barcelona

Al ser una fiesta para despedir su gira, los invitados especiales no podían faltar y como regalo para ellos y para su público, las personalidades que pasaron por el escenario también vivieron la experiencia en directo de la revolución bananera: El Niño de la hipoteca, Nil Moliner, Miki Nuñez y Adrià Salas, cada uno de ellos aportando su estilo a las canciones que compartieron en el escenario, cada uno de ellos dando todo para hacer que la fiesta no parara.

Así como la fiesta no paraba, las emociones tampoco, el tiempo volaba, la buena vibra se expandía y llegaba el momento de La Ruleta en Barcelona, donde algún elegido del público subiría para ser “castigado” por el destino y por Arnau Griso. Las elegidas fueron dos bananas, dos chicas que llegaron al concierto con el disfraz de esta fruta, subieron para girar la ruleta, competir contra Nico Mellon y ganarle en un duelo de twerking, llevándose la ovación del público y consiguiendo el premio de tomarse la foto con la banda y el público de fondo.

Arnau Griso en Barcelona

Las bananas volvían a su sitio en la primera fila, la fiesta continuaba y estaba por terminar, pero antes de que todo terminara el momento más emotivo del concierto llegó y es que cuando Arnau quería agradecer lo que estaban viviendo, el Sant Jordi Club, a una voz, coreaba el nombre de la banda, provocando sus lágrimas, una risa nerviosa en Eric y dejando sin palabras a ambos, que sólo se hincaron y agradecieron.

La fiesta llegaba casi a su fin, pero no sin antes presentar a su último invitado, Macaco y todo su flow llegaban al escenario para interpretar Quiero, Quiero y Quiero, una canción muy especial y con una dedicatoria especial para los niños de Uganda pertenecientes a la asociación Petits Detalls, el momento fue grabado por el mismo Arnau quien con celular en mano cantaba y grababa el escenario y al público para enviarlo como regalo a esos niños, para seguir siendo felices y saber que en Barcelona serían bien recibidos siempre.

Arnau Griso en Barcelona

La noche terminaba y no había mejor manera de cerrar esta velada de fiesta que con una canción que invita a disfrutar todo en la vida, a ser feliz siempre, Es gratis fue entonada a una sola voz por su público, como si fuese un himno, y es que esta podría ser la bandera que defina lo que es Arnau Griso.

Para los de Sant Cugat todo nació en una habitación, y hoy en día ese buen rollo, esa sinceridad en sus canciones provocan que la gente se una a esta revolución bananera, que no termina aquí, todo esto es el inicio de una revolución musical donde la crítica social no tiene que ser dura y fría, puede ser divertida y llena de humor.

Los dramas, los miedos, la inseguridades, todo se olvidó durante casi dos horas, porque el buenrollismo de Arnau Griso provoca que todo sea fiesta, diversión, que sin conocer al de lado bailes con él, que en la vida siempre hay que tirar para adelante y ser feliz, así fue como estos dos chicos y su banda lograron un éxito rotundo en Barcelona.

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