ANDRÉS SUÁREZ, BARCELONA Y LA MAGIA DE LA MÚSICA

 

Andrés Suárez regresó a Barcelona, la ciudad que considera su casa, la ciudad que lo escuchaba tocar en el metro por las mañanas, y que la tarde del 14 de octubre lo volvió a vivir junto a Marino Saiz y Cristina Rubio en directo desde la Sala Barts.

Son tiempos difíciles para la música en directo y Andrés Suárez es uno de los pocos afortunados en poder subirse al escenario para compartir sus canciones, por ello, desde que saltó al escenario agradeció a quienes hacían posible el concierto y al público, pues gracias a ellos se demostraba que los conciertos no son un punto de contagio.

Andrés Suárez Barcelona

La tarde-noche del cantautor, nacido en Ferrol, comenzó con la ovación del público al escuchar las primeras notas de los pianos de Marino y Cristina acompañando la guitarra y la voz de Andrés. Fueron dos canciones sin pausa, dos canciones que quitaron los nervios y que liberaron a todos, ¡Buenas noches Barcelona! Gritó el cantautor como si de una estrella de rock se tratase.

Aplausos, silencios, gritos, coros, risas detrás de la habitual mascarilla fueron las fuerzas que volvieron a llenar de vida la Sala Barts de Barcelona, una vez más este recinto volvía a escuchar música en directo, música hecha con el corazón y llena de historias de vida, es que así es la música de Andrés: honesta, directa, sin tapujos.

A pesar de que el cantautor “prometió” no hablar mucho para que el público disfrutase de muchas canciones no pudo evitar hacerlo, contaba la historia de algunas de sus canciones, en ocasiones se detenía para, con unas cuantas frases, hacer reír a los presentes, quienes con aplausos como si de un monólogo cómico se tratase agradecían esos pequeños chistes.

Su música llenó de magia la Sala Barts, momentos de silencio absoluto hacían que la piel se erizara al escuchar los más desgarradores versos de sus composiciones, mientras que los momentos de coros ensordecedores hacían emocionar a todos, incluido al propio Andrés, quien en alguna ocasión tuvo que ocultarse en el fondo del escenario para evitar que el público viese lo emocionado y sentimental que estaba.

En la nueva realidad parece que los conciertos son sueños, parecía que estos no llegarían hasta mucho después, sin embargo, como los sueños, estos llegan en el momento menos esperado y hay que disfrutarlos al máximo.

El público podía disfrutar de Andrés, así como él pudo disfrutar de cantar junto a su musa soñada: Markéta Irglová, Nuestra canción sonó en Barcelona, esperando llegase hasta Islandia como un susurro que el viento otoñal se llevó.

Andrés Suárez Barcelona

Fue una hora y media de concierto, donde la gente disfrutó de manera respetuosa el concierto, donde todas y cada una de sus canciones eran ovacionadas, cantadas y aplaudidas. Andrés se dejó en cada canción la voz y la piel, dejó en cada acorde el alma, mientras que el público lo ovacionaba durante varios minutos.

La música en Barcelona demostró una vez más que es un alivio para el alma, demostró que las canciones hechas con el corazón y entregadas sin tapujos son el mejor remedio para olvidar un poco la realidad actual, Andrés Suárez, Marino Saiz y Cristina Rubio regalaron una noche donde la principal protagonista fue la música, donde por unos minutos la realidad se volvió un bello sueño del cual no quisiéramos despertar.